30 nov 2007

Hace cuatro meses que voy al dentista una vez por semana. El próximo viernes es mi última sesión. Claro: mi dentadura quedó limpia y perfecta –absolutamente dentro de sus límites. Cuatro meses seguidos yendo una vez por semana a la librería Norte, de Las Heras y Pueyrredón. La primera vez que pasé miré la vidriera, y me llamaron la atención, en plena vidriera, como si fueran unas brillantes botas de cuero, o unos patines K2 que tanto hubiera deseado a eso de los 14, bueno, la cuestión es que para un niño bien de Billinghurst y Arenales, por poner una calle cualquiera, para un niño de bien de ahí, e ir al Alto Palermo y ver los nuevos modelos de jeans que sacó Bensimon, así, así me pareció lo de la vidriera, puras obras importadas de poesía; por ejemplo, la edición de Cátedra de la Antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters. O las Obras Completas de Nicanor Parra, editadas en Circulo de Lectores. También los Cantares de Pound, de Cátedra; las Obras Completas de García Lorca; no sé, de Paul Celan y muchas más y la Obra Completa de Juan L Ortiz así como reluciendo entre todas, ahí, en el medio, aún con el plastiquito que envuelve el libro, brillante como una gema. Entré y fui al anaquel de poesía. Es enorme y abarca todo; siento que tiene todo y en sus ediciones más lindas. Así es que siempre entré; me he llevado la Antología de Spoon River, eso sí, admito, no sé qué tal serán, es que yo a Bolaño lo quiero y bueno él las recomienda y bueno, estupideces, seguramente, del que se emociona con un autor, y lo sigue, claro, en sus mañas. Después me llevé los baratos que conseguí de Alejandro Rubio, Diana Bellessi, Fabián Casas y un par más de autores argentinos. Como para hacer un trabajo que tenía que entregar, que intentaba, en vano, recorrer un poco la poesía actual argentina, cosa que no logré ni ahí y que, obviamente, luego dejé un retrato pobrísimo y vergonzoso. La cosa es que para éste trabajo hablé con un librero viejo y de mañas, que hace más de 25 años que es librero. Cuando me dijo qué librería me gustaba o en cuál había comprado libros de poesía, agarré y le dije, mirá, estoy yendo a esta librería que está tan buena, ahí en Las Heras y Pueyrredón. Y enseguida, sin que siga hablando, me dijo, claro, muy bien, la librería Norte de Yánover, es la mejor y ahí vas a conseguir lo mejor (no lo dijo así pero diciéndolo así tiene el mismo fin que las palabras que él utilizó que, en este momento, no recuerdo). La cuestión es que llamé y me atendió la hija, Débora, y proseguí haciéndole unas preguntas sobre la historia de la librería y más etcéteras, que me sirvieron para trazar un pobrísimo perfil para un recuadro “color” que necesitaba el trabajo de nota. Hoy, cuando salía del dentista, pasé por la librería; estuve un buen rato paseando y cuando me llevé un libro, estaba ella en la caja, Débora, y le pagué, me dijo hasta luego y le dije Adios, gracias, Débora, y me di vuelta y enfilé hacia la puerta. Cuando llegué a la puerta me di vuelta y ella me miraba; se reía por lo bajo y estoy seguro que se dio cuenta que yo fui el que llamé hace dos días; también, más que seguro, que se dio cuenta de mi timidez y que también intenté decírselo en el tiempo que me estaba cobrando, pero, claro, no me animé.

5 comentarios:

Estrella dijo...

Yánover era un gran librero, además de poeta y escritor. Pero sobre todo, era un amante de la literatura. Hace unos años, tenía un programa en canal á, desde su librería: hacía recomendaciones y leía poemas apasionadamente.

Las librerías son una tentación,uno quisiera comprarse todo, aunque no pueda leer todo. Pero, ¿cómo no tener las obras de Juanele o las de García Lorca?
De a poco, la biblioteca propia se va armando...

Estoy leyendo a Casas, no su poesías, sino los ensayos y los cuentos. De Rubio conozco poco y nada.

Disculpá la largura, me entusiasmé oon estos temas.

Dos cosas más:
El libro de Martin Amis, "Experiencia",,cuenta momentos memorables en le dentista; digo, para que leas en la sala de espera!
Termino: suerte con Débora!

Mari Pops dijo...

Hola Maestro
De librerias ni me hable. Yo odio las franquicias, con excepcion de la boutique del libro . Pero Yemi iach. Mi libreria favorita en el mundo es Shakeaspare KM 0 de Paris.Google it , es del 1800 mas o menos . si quiere otro dia le cuento mas.
Ahora este es el famoso librero de hace dos posts.??
Ahora tiene mas razones (al menos dos) para volver. Me entiende, no?
Cariños y que tenga un buen dia entre libros, Mary

Anónimo dijo...

la timidez nos juega siempre una mala pasada, lo peor es que nunca sabremos cuán mala fue.

Mastronardi dijo...

Estrella, sí, y por lo que veo, es el que editó los discos con las voces de Borges, Cortázar, MM Láinez y etc.

Y los Bonsái de Casas están lindos. Le gusta bastante Saer. Y yo le tenía reticencia a Saer. Seguramente, más adelante, me daré una oportunidad nuevamente.

Y no! Con Débora yo no quise hacer nada; sólo le quería comunicar que yo fui el que llamó por teléfono haciendo preguntas, sólo quería decirle eso, y bueno, ni a eso me animé.

Mary, ojalá algún día pueda ir a esa librería, ja, debe ser un lindo paseo. A mí me gusta entrar y revolver cosas y, casi siempre, no me llevo nada. De vez en cuando, me da vergüenza la base de datos mental de autores que tengo, y los pocos que leí, claro. Y no, ésta lib. es de otro librero. Al de ese no volví más. Pero ya pasaré, y será ceremonia.

Melli, de eso, seguro. Y queda esa desazón corporea que tanto mal hace. A veces duele. Otras, por suerte, no. Sólo resignación.

Mari Pops dijo...

pasate maestronardi deje finalmente algo despues de mis estadisticas